El happening o arte de acción

La aportación del happening cumple las premisas situacionistas que apuntaba Guy Debord para la superación del arte, pues amplía e intensifica la conciencia de la percepción. Con el happening o arte de acción, el individuo se enfrenta a situaciones no usuales y por lo tanto se ve envuelto en un conflicto con su forma de percepción y su propio comportamiento, poniendo a prueba los límites de su permisividad, sus prejuicios y condicionamientos personales.

El predominio por el arte como objeto físico, ideado para ser contemplado, pasa a ser una interacción de arte-espectador a través del concepto de instalación. Las exposiciones adquieren un carácter escenográfico y polisensorial.