Videovigilancia

Existe toda una serie de entradas a este tema que definirían la video-vigilancia casi como un género videográfico, y que se ven ahora sujetos a una nueva categorización en la que es preciso incluir nuevas prácticas de divergencia audiovisual.

Las cámaras de videovigilancia pertenecen ya al mobiliario urbano. Su progresiva implantación en el espacio público ha venido provocando toda una serie de fricciones entre las libertades civiles y la “seguridad” en una “sociedad de control”.




Las prácticas artísticas han tratado todas estas situaciones bien como argumento para la reflexión crítica o bien sublimándolas estéticamente para adecuarlas al propio sistema de control de la institución artística. A este respecto han sido muchas las exposiciones que con el tema de la vigilancia han revisado todo este panorama creativo, los circuitos cerrados o a la curiosidad de la mira telescópica.

En el arte ligado activismo social hay otro tipo de enfoque que han desvelado la presencia de las cámaras en la calle para denunciar su ilegalidad y su espionaje indiscriminado y una posición vigilante ante los sistemas de vigilancia.